“Smartcities” como herramienta para gobernar

En los últimos años, ciudades alrededor del mundo generan importantes transformaciones a través de la implementación de “Smarticites” o Ciudades Inteligentes”, una estrategia que mejora sustancialmente la calidad de vida de los ciudadanos, ahorra costos, genera progreso y permite a los gobernantes locales, alcanzar grandes resultados en el corto plazo.

¿Cómo pueden las Smartcities ayudar a los gobernantes a transformar una población?
Por: Gabriel E. Levy B.
www.galevy.com

En América Latina y el Caribe, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo – BID, existen 16 ciudades en la que habitan 2 millones de habitantes o más, 29 urbes con entre uno y dos millones de ciudadanos, 73 centros urbanos con entre 500 mil y un millón de personas, 543 poblaciones con entre 100 mil y 500 mil habitantes y más de 10 mil localidades en las que residen menos de 100 mil pobladores[1].

Las anteriores cifras permiten dilucidar, que, si bien un porcentaje muy importante de la población habita en grandes zonas urbanas, Latinoamérica esencialmente es una región de pequeñas urbes, generalmente conectadas con la cadena productiva rural y la economía agrícola, convirtiéndose en un desafío garantizar que la calidad de vida sea medianamente equiparable con la de grandes urbes, afrontando el colosal desafío de la disminución de brechas sociales en estos territorios.

Un informe presentado hace algunos meses por la Red de Economistas de la ONU, Shaping the Trends of Our Time, asegura que 3.600 Millones de personas viven en ciudades y calcula, que la cifra subirá a 5.000 millones en 2030, lo que representará que el 60% de la humanidad vivirá en un centro Urbano para esa fecha, razón por la cual se hace necesario transformar las dinámicas de las ciudades, enfocándose en la sostenibilidad.

“Las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que, tal y como apunta el informe, contribuyen aproximadamente al 60% del PIB mundial. La otra cara de la moneda es que, aunque ocupan solo el 3% de la tierra, las ciudades representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono, unas cifras que no podrán sostenerse por mucho tiempo. La organización internacional reconoce los desafíos y las oportunidades de la urbanización mundial, así como la necesidad de trabajar con tecnologías inteligentes e innovadoras, estilos de vida sostenibles y eficiencia de recursos para lograr un modelo urbano sostenible[2]”. Informe la Red de Economistas de la ONU, Shaping the Trends of Our Tim

Una oportunidad histórica para sus gobernantes

Los grandes despliegues de infraestructura civil, como sistemas de transporte masivo, bibliotecas, puertos, aeropuertos o estadios, son altamente costoso, complejos de materializar y difícilmente accesibles para las pequeñas Urbes, razón por la cual, en América Latina, parecieran ser un derecho exclusivo de las grandes metrópolis, convirtiéndose en un factor potencial determinante para el aumento exponencial las brechas sociales y económicas.

A diferencia de lo que sucede con este tipo de infraestructura, los componentes vinculados a modelos de “Smartcity” o “Ciudad Inteligente”, son escalable, ajustables a la realidad de cada urbe y sus costos accesibles incluso para la más pequeñas poblaciones, se trata principalmente de una tecnología de información y comunicación – TIC, que depende más de la conectividad y la innovación, que de la infraestructura.

En términos prácticos la adecuada, eficiente y oportuna implementación de las smarticites, no depende tanto del tamaño de la ciudad, ni necesariamente del presupuesto, sino en gran medida de la oportuna visión y decisión de sus gobernantes, al momento de escoger e implementar la tecnología que transforme y mejore la calidad de vida de sus localidades, combinando el desarrollo económico con el bienestar y el medio ambiente.

La Fundación City Mayors, premia la buena gestión de los alcaldes alrededor del mundo y lo hace, mediante la evaluación del desempeño y logros objetivos. En los últimos años esta organización a sumado y privilegiado las iniciativas que apuntala a convertir las ciudades en Inteligentes y es por esta razón que en 2013 concedió a Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, el galardón de mejor alcalde del mundo, posteriormente en 2014 el ganador fue Naheed Nenshi en Calgary, luego Bart Somers en Malinas Bélgica en 2018 y Valeria Mancinelli en Ancona, Italia en 2019 y todos ellos tuvieron en común, la implementación de estrategias de “Ciudades Inteligentes”

“Como precisó el jurado de 2013, en la entrega del premio Azkuna, el alcalde de Bilbao ha transformado una ciudad industrial en declive del País Vasco, en el norte de España, en un centro internacional para el turismo y las artes.”[3]

Sin importar el tamaño de sus ciudades, todos los alcaldes del mundo trabajan por asegurar o mantener la competitividad de las ciudades, promoviendo la generación de empleo, la conservación del medio ambiente, la eficiencia y competitividad financiera, el acceso a servicios públicos eficientes, una oferta cultural y de entretenimiento de calidad, educación vanguardista y sobre todo calidad de vida para todos sus pobladores, lo cual solamente es posible de logar, si se acompaña de la adecuada articulación con tecnologías de información y comunicación y estrategias de ciudades inteligentes.

Lo anterior solo es posible, si los alcaldes están dispuestos a desarrollar un modelo de gestión integral sobre indicadores, acompañados de expertos y un equipo de trabajo de alto rendimiento.

“Los líderes de las ciudades con éxito, construyen equipos de alto rendimiento con los diferentes actores públicos, crean un ambiente de trabajo en el que todos los empleados son responsables de sus actuaciones, y aprovechan cualquier ocasión para cultivar el consenso con los diferentes grupos de interés, tanto la población local como la comunidad de negocios” [4].

 En Conclusión, En los próximos años la población de los centros urbanos crecerá exponencialmente alrededor del mundo, convirtiéndose en un desafíos sin precedentes para los gobernantes locales que deberán garantizarles a sus pobladores una alta calidad de vida, empleo, educación, salud, cultura y entretenimiento, a través de un modelo sustentable con el medio ambiente y viable financieramente.

El reto aunque a simple vista parece colosal, en realidad es posible de lograr, si los burgomaestres en las regiones tienen la capacidad de constituir modelos de gobierno basados en procesos, gestión e indicadores, privilegiando grupos de trabajo especializados, asesores adecuados, pero sobre todo, aprovechando la histórica oportunidad de incorporar modelos de “Ciudades Inteligentes” o “Smartcities”, los cuales a diferencia de la infraestructura tradicional, son accesibles para cualquier tipo de urbe sin importar su tamaño, toda vez que depende más de la conectividad y la innovación que de la infraestructura tradicional.

[1] Informe del Banco Mundial sobre Poblaciones y Habitantes en América Latina y el Caribe

[2] Informe Naciones Unidas Red de Economistas de la ONU, Shaping the Trends of Our Tim

[3] Análisis del Blog Compromiso Empresarial respecto del premio AXKUNA

[4] Análisis del Blog Compromiso Empresarial respecto de un informe de la consultora Mckinsey

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