Vecinos de varias ciudades estadounidenses han comenzado a aliarse para instalar sistemas de cámaras que, con inteligencia artificial, rastrean y localizan los vehículos robados. Si bien es un exitoso modelo respecto de seguridad urbana y puede resultar inspiracional para otras ciudades, también plantea algunos interrogantes sobre la privacidad.
¿En qué consiste la vigilancia comunitaria basada en cámaras inteligentes?
Por: Gabriel E. Levy B.
Y Sergio A. Urquijo M.
Todos conocemos las cámaras de seguridad. Si bien la mayoría de ellas son operadas por la autoridades locales, regionales o nacionales, lo cual por principio de responsabilidad recae en fuerzas policiales, militares y judiciales, en muchos casos son también instaladas por particulares en sus empresas, ciudadanos en sus propiedades y comunidades en sus barrios.
Estas cámaras suelen generar una sensación de seguridad, pero si algo saben los delincuentes, ya sean ladrones, depredadores sexuales u otro tipo de agresores, es que manejar la cantidad de video que se graba en estas es bastante engorroso, y muchas veces la calidad de la imagen no ayuda mucho.
Además, y quizás es este el problema principal, de poco sirve que una cámara registre, por ejemplo, el robo de un auto en un barrio residencial, si no hay forma de monitorear hacia donde fue dicho carro.
Esta es la revolución que planten los sistemas inteligentes de vigilancia por cámaras.
Por un lado, las cámaras tienen una resolución y capacidad de transmisión de datos mayor que cualquier sistema existente, lo que garantiza mejor detección de rasgos tan difusos como una placa de auto o un rostro.
Por otro, estas cámaras están vinculadas a sistemas de inteligencia artificial que cuentan con estrategias como el aprendizaje de máquina (machine learning, ML) que permiten una alimentación constante del sistema para que aprenda a reconocer en una imagen números y letras, a diferenciar una placa de auto de otras imágenes con texto y a detectar este número cuando aparezca registrada por otra cámara en otro lugar.
Y tercero, estas imágenes se almacenan en la nube, donde son consultadas y analizadas por algoritmos robustos que hacen en minutos lo que un grupo de humanos tardaría horas: revisar miles de imágenes para detectar si en algunas de ellas aparece registrada la placa de un vehículo robado, o incluso el rostro de un asaltante.
Estas sorprendentes tecnologías llevan años siendo probadas y hasta implementadas. El caso más notorio y polémico es la implementación en China de sistemas de detección de rostros que permiten registrar en donde está cualquier ciudadano[1]. Pero Occidente no se queda atrás, y esta vez desde la iniciativa de los mismos vecinos y de la empresa privada.
La solución empresarial en las ciudades de Estados Unidos
En Estados Unidos, país donde ni la libertad para portar armas ni la dureza de las penas carcelarias se han mostrado eficientes para reducir el índice de delitos como robos de autos, asaltos y agresiones, varias empresas de vigilancia y tecnología han empezado a ofrecer a la ciudadanía soluciones basadas en cámaras inteligentes.
Un caso reportado por el Chicago Tribune[2] es el de vecinos de Los Ángeles que decidieron instalar una solución aportada por la empresa Flock Safety, que ofrece a sus usuarios la instalación de cámaras, almacenamiento en la nube de Amazon, con análisis con inteligencia artificial y la posibilidad de rastrearlos desde sus propios hogares.
La base es la detección de placas de automóviles, algo muy útil en las ciudades intermedias y los suburbios de dicho país, donde por las grandes distancias prácticamente todo el mundo se transporta en carro. Por lo mismo, uno de los delitos más cometidos es el robo de autos, pero también agresiones cuyos perpetradores huyen en carro.
“Reforzamos la seguridad ciudadana con dispositivos acoplados que capturan la evidencia y con aprendizaje de máquina (machine learning, ML) para crear y enviar a las autoridades pistas sin distorsión. Nuestros dispositivos y software basado en la nube reducen el delito en más de 70%”.
www.flocksafety.com
También, dada la constante tensión por los prejuicios étnicos en la operación de la policía de dicho país, la compañía promociona su sistema como libre de distorsión por prejuicios humanos (bias), pues el sistema detecta mucho más eficientemente que una los seres humanos, sobre quién es un verdadero sospechoso y quien no lo es.
“Construimos el primer sistema operativo que apoya a vecindarios, negocios y autoridades en más de 1200 ciudades para que trabajen juntos para eliminar el delito, proteger la privacidad y mitigar la distorsión por el factor humano”.
www.flocksafety.com
Los riesgos a la privacidad
Estos sistemas aprovechan las zonas grises de la ley estadounidense, que permite la instalación de estos sistemas y el registro de imágenes en la calle sin un permiso especial. Sin embargo, no podemos desconocer que estos sistemas ponen en riesgo uno de los bienes más preciados por los estadounidenses: La privacidad.
La compañía asegura que los datos recopilados, incluyendo placas, horarios y rutas de los autos registrados, solo pueden ser consultados por los mismos clientes y no serán nunca compartidos con terceros.
Eso suena tranquilizador desde cierto punto de vista, pero siguen existiendo las dudas por parte de analistas como David Maass, de la Electronic Frontier Foundation, organización que propende por las libertades civiles digitales, y quien comentó sus dudas al Chicago Tribune.
“Los lectores de matrículas han sido reconocidos por la Legislatura, por muchos departamentos de policía y por grupos de libertad civil como una tecnología que puede violar la privacidad de las personas al rastrear sus movimientos sin consentimiento”.
David Maass, EFF
El parte de tranquilidad de la compañía puede ser suficiente para los clientes del servicio, pero no para los transeúntes que pasen por el vecindario y cuyos movimientos queden registrados y monitoreados no por las autoridades, sino por ciudadanos comunes sin preparación legal.
Pero si bien estas preocupaciones son típicas de países donde las estructuras de seguridad son más fuertes. En América Latina, en los que la policía muestra altos niveles de ineficiencia y corrupción, y donde los índices de impunidad son escandalosos, los ciudadanos están acostumbrados a gestionar la seguridad de sus vecindarios, o incluso a aceptar que esta sea ejercida por grupos delincuenciales que no se diferencian mucho de lo que dicen combatir.
Por eso, estos sistemas pueden resultar altamente atractivos en la región, con una complicación: para que sean eficientes se requieren unos niveles de conectividad a internet que difícilmente gozan la mayoría de los vecindarios latinoamericanos. Hay experimentos, como el sistema de vigilancia con inteligencia artificial instalado en el cetro de la ciudad de Medellín, Colombia, con el apodo de Robocop[3].
Quizás con la llegada del 5G y el Internet de las cosas la vigilancia inteligente automatizada sea un tema importante en la región y se pongan a prueba sus muchas ventajas y riesgos.
En conclusión, Los sistemas de vigilancia mediante tecnología de Inteligencia Artificial son una de las mejores soluciones para el control del crimen, especialmente robos de vehículos y atracos callejeros.
Los sistemas automatizados de cámaras de vigilancia, si bien logran altos estándares de eficiencia y han ayudado a perfeccionar el accionar de las autoridades, en algunos casos comienzan a ser muy utilizados por particulares, como en el caso de Estados Unidos, en donde grupos de vecinos los implementan para mejorar la seguridad en sus localidades, evidenciando que si bien puede arrojar grandes resultados, dicho procedimiento no deja de estar por fuera de los debates sobre privacidad.
